Mi Experiencia en el Taller de Ricardo Gómez Fué en el 2002 cuando comencé mis clases en el taller de Ricardo, impulsada por Betty una de susprimeras alumnas del parque Avellaneda.Comencé como todos de a poco con los primeros trabajos y las primeras mateadas en el taller, el clima que se respiraba allí era muy agradable, por el grupo y principalmente por la calidez del maestro.De a poco se fue convirtiendo para mi en una terapia donde los colores, las curvas de los filetes y eltango eran los protagonistas. Siempre me gustó escuchar las historias de Ricardo tanto sobre filete como las personales que siempretenían y tienen su cuota de humor. Asi fue como un día decidí pintar la virgen de Luján, era un desafío ya que sabía que me iba a llevartiempo, pero valió la pena es uno de los trabajos que mas quiero y que mas me conmueven ya que se la iba a dedicar a mi mamá, y justo unos meses después de comenzar a pintarla ella se enfermoy le tuvieron que realizar un operación delicada, bueno fué una época en que me aferré a la virgen y altaller y fué así como mi mamá salió adelante. Con este pequeño relato quiero destacar que el taller de Ricardo tiene un significado muy importante enmi vida y que el mismo maestro es un ejemplo muy lindo a seguir tanto como artista, pero mucho máscomo persona, especialmente en este mundo tan complicado.Como siempre agradezco el haber podido conocerlo y compartir tantas buenas tardes en su taller junto adistintos compañeros que pasaron y siguen pasando por el. Un fuerte abrazo.

Adriana Rodiño